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Personal family experience
Here is a short sample from the book:
CAPÍTULO TRECE
Maldita complicidad
Se llama Nadia – me dijo.
Al decirlo recordé a la mujer del restaurante “La Buena Vida”. Sentí algo así como el aguijonazo de un alacrán en el pecho y no pude moverme por unos segundos. Intenté ocultar mi disgusto y percibí de inmediato una extraña atmósfera entre nosotros. Sobre todo, me molestó que no me hubiese consultado antes de decidirse a contratarla a ella o a cualquier otro candidato.
____ ¿Esa es la mujer que trabaja en “La Buena Vida”? – le pregunté indignada.
____ Sí, es la mujer que hemos visto en el restaurante de Ángel Manuel – continuó diciendo Alejandro.
CAPÍTULO QUINCE
Un “pantie” rosado que se me metía entre las nalgas
Quise pensar que aquel era un gesto de deseos de alguna proximidad y sin pensarlo entré en la recámara y de prisa me desnudé. Me dí una ducha rápida y salí en toallas y perfumada hacia la cocina en donde me planté muy cerca de la estufa para dar marcha a mis planes. Me situé justo allí para que me pudiera ver desde la sala. Dejé caer la toalla y me incliné despacito hacia adelante para recogerla dejando al descubierto mi espalda y mi trasero. Llevaba puesto solo un “pantie” de encaje que pensaba era el mejor que me quedaba. Era solo un pedacito de tela rosado y negro que se me metía entre las nalgas adornándolas y dándoles color. No quiero ser demasiado pretenciosa pero sé que mis glúteos eran grandes y redondos y sabía que a él le gustaban.